Callos o Callosidades
Los callos, también conocidos como helomas o tilomas, resultan de la defensa de la piel ante un roce o presión repetidos. Los callos o callosidades son más comunes en las personas adultas y van asociados a su profesión. Pero en los pies hay factores más específicos para su origen.
Cuando se produce un roce constante en un punto de prominencia ósea que pueda convertirse en una agresión, la epidermis da como respuesta una producción considerable de estrato córneo que endurece la zona resultando con un grosor mayor, e impide así una lesión severa. Así que los callos o callosidades son un mecanismo de defensa del cuerpo pero que al mismo tiempo ocasionan dolor al caminar.
Los helomas, tilomas o callosidades surgen especialmente por los siguientes factores:
1. El calzado, como principal factor sobre todo cuando se trata de un calzado estrecho, desproporcionado o inadecuado para el momento.
2. Alteraciones de la marcha o de las pisadas que provocan alteraciones de tipo estructural o biomecánico.
3. Artrosis y exóstosis (deformidades de los huesos) que exponen ciertas zonas a mayor fricción durante la marcha.
4. El sobrepeso, otra buena causa para la aparición de los helomas.
El especialista realizará el servicio de quiropodia que requiere el caso del paciente. Puede ser desde la eliminación del tejido hiperqueratósico, consejos sobre el mejor calzado, uso de material aislante para determinadas zonas de la piel, estudio biomecánico de la marcha o análisis de las pisadas para detectar posturas incorrectas al caminar, ortesis plantares a medida para aislar ciertas zonas con alta fricción. La intervención oportuna hará desaparecer pronto el dolor que siente el paciente al caminar.
Cuando se trata del pie diabético o de personas mayores, es indispensable acudir al especialista pues la sensibilidad dolorosa se agrava. Una lesión ocasionada para remediar mediante una mala práctica puede convertirse en una lesión complicada de superar (infección relevante, recorte radical o inadecuado). Lo que significa una tarea sencilla para el quiropodista (podólogo) que pone pronto remedio al dolor, puede convertirse en un mal mayor debido a la intervención inapropiada del mismo paciente.
Cuando aparezcan, haz una visita al quiropodista, es una señal que puede ser atendida a tiempo y seguramente con una fácil solución. 🙂