Ventajas del tratamiento de juanetes
La necesidad de operar los juanetes surge cuando ningún otro tipo de tratamiento ha funcionado (por ejemplo, uso de zapatos de puntera ancha). El dedo gordo del pie apunta hacia el segundo, se forma una protuberancia en la articulación, y se genera un importante dolor.
La intervención intenta corregir la desviación de los huesos para que las articulaciones funcionen apropiadamente y se reduzca considerablemente la protuberancia. Los beneficios de esta operación son importantes.
Aunque la operación de juanetes se realiza para corregir la deformidad, reducir la protuberancia y eliminar el dolor al caminar, es necesario mentalizarse en que los resultados no darán unos dedos aparentemente perfectos pero sí una mejora considerable en su estado en general al poder retornar a sus actividades normalmente (actividades en casa o en el trabajo, dar paseos regularmente).
Una de las técnicas utilizadas para esta intervención es la Cirugía Mínima Incisión con la cual los cortes son muy pequeños. La intervención dura aproximadamente 2 horas y es del tipo ambulatorio (el paciente se va a su casa). Durante el período post-operatorio, en el 99% de los casos no se requiere de analgésicos.
La persona tiene que usar por 6 semanas el zapato quirúrgico (de suela rígida) y posteriormente un calzado ancho hasta que ceda totalmente la inflamación. El especialista recomendará lo más apropiado para su caso así como las indicaciones que debe seguir para evitar contratiempos.
En el 90% de los casos, es suficiente para no volver a sufrir por esta deformidad. El 90% no es el 100% y al paciente le conviene saber que existen riesgos. Por ejemplo, existe el riesgo de la reaparición de la deformidad y los factores más importantes son la anatomía y la técnica empleada.
Durante la cirugía, la persona está despierta. Para evitar el dolor y mantenerla relajada, se utiliza anestesia y algunos medicamentos. Por esto, es importante que en las sesiones previas, el paciente comente la medicación que regularmente toma.
El especialista corrige la deformidad haciendo un corte alrededor de la articulación. La reparación se logra por medio de estos procedimientos:
- Acortar o alargar tendones o ligamentos.
- Extraer parte dañada de las articulaciones (artrodesis).
- Retirar materia de la protuberancia.
- Eliminar parte de los huesos (osteotomía).
Con la Cirugía de Mínima Incisión, al reparar la deformidad no se usan clavos, tornillos, placas ni férula de yeso. En su lugar, se utiliza un vendaje de fijación que junto con el zapato quirúrgico la persona deberá llevar durante el llamado período de recuperación (6 semanas). Durante este tiempo, cada semana el especialista retirará el vendaje, realizará las prácticas de cura y colocará uno nuevo de fijación. El propósito del vendaje de fijación y del zapato quirúrgico consiste en procurar que los huesos se mantengan en el lugar correcto.
La recuperación total suele ser 6 meses y luego se recomienda hacer el otro pie. Una vez hayan sanado, la persona podrá realizar normalmente sus actividades del día a día y sentirá que ha valido la pena. 😉